sábado, 29 de agosto de 2015

UNA MANGA EN CADA HOMBRO

 
Respuesta típica de madre a la pregunta "¿Qué me pongo?" que ya forma parte del acervo cultural de este país y que se transmite de generación en generación porque sí, yo a mis 41, alguna vez se lo he respondido ya a mi primogénito.
Los que no contentos con la manga decidieron incorporar además alerones a sus hombros fueron los Locomía. Sí, seguro que al ver la foto y leer esto te has acordado inmediatamente de alguna de las veces que has cogido un abanico y te has puesto a hacer el chorra imitándoles. Admitámoslo, todos tenemos un pasado y alguno además tiene un vinilo de Locomía en casa... Está bien, confieso que yo me compré una beisbolera de los Athelics de Oakland con hombreras, pero no fui el único porque mi amigo Pepe se compró el mismo modelo de los Twins de Minessotta.
Es difícil vestir a los 40 en verano. Yo, personalmente, no sé lo que está de moda o lo que no y, para parecer moderno, digo que tengo un estilo ecléctico en el que todas mis camisetas pegan con todos mis pantalones cortos. Del calzado ya casi mejor ni hablo; pues mis chillonas zapatillas de running combinan con todo. Eso sí, me he enterado hace poco, para mi desgracia, de que las chanclas ya no son trending topic.
Para ir a la oficina recurrimos (los chicos) en ocasiones al look mormón: camisa de manga corta, pantalón de vestir (como decían las madres; como si los demás no vistieran) y zapatos. Me falta la chapa con "Elder´Vikingo" para parecer del mismísimo Utah. Los viernes, eso sí, mola el casual friday porque te dejan llevar zapatillas deportivas y quedas mucho mejor cuando te vas al wok o al mejicano a comer con los compañeros para pringarte las manos.
En el parque están los del look Quechua: cuarentones con tarjeta de Decathlon que pareciera que se van a explorar el amazonas. Gorra, camiseta transpirable, pantalón multibolsillo, zapatilla trekking y gafas aerodinámicas. Sus parejas mirando de reojo porque, no es que se hayan puesto sus mejores galas, pero al menos van más decente que ellos. Claro, el problema viene de casa, cuando él pregunta "¿qué te vas a poner?" y ella responde "algo cómodo". Tú vas y se lo tomas al pie de la letra...
El look que lo está petando entre los/las que tienen taitantos es el look runner. Ya no sabes si van o si vienen. Yo les/las miro a las piernas para ver cómo andan de cuádriceps y de gemelos y así hacerme una idea de si corren de verdad o están tirando de postureo. Claro que de poco te puede servir eso cuando vas con la lengua fuera en una carrera y te pasa el típico fondón (ahora fofisano) arrancándote las pegatinas.
Y para salir de noche... ¡Acabáramos! Con esto de tener niños y multiplicar gastos vas a lo práctico y casi siempre terminas comprando ropa para ellos. Para ti, como mucho algo informal para ir a trabajar o para entrenar. Entonces se plantea salir de copas (perdón, de gintonics) y te pones TU camisa de salir con TU pantalón de salir y los zapatos de TU boda. "Pa habernos matao" piensas al mirarte al espejo. "Bueno, en rebajas me pillo algo", pero sabes que no lo vas a hacer. Y claro, tu pareja como un pincel porque ellas sí son de ir más elegantes aunque sea a la oficina.
Al final, pensamos que nadie se dará cuenta de que llevamos la armadura de nuestro abuelo, como le pasaba a Don Quijote, y crees que pasarás desapercibido con tu camisa de los 90. ¡Ingenuo!
 
Pues eso, que nos vamos quedando descatalogados a los 40 y no nos damos cuenta. Y tú, ¿qué te pones?
 
Vikingo

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