miércoles, 12 de agosto de 2015

CELOS


Querida Medusa:

Los cuernos son como el ombligo: todos tenemos uno y muy pocos nos lo miramos.
Creo que se te olvidó comentar en tu entrada un supuesto de cuernos muy ligado a los celos: los cuernos imaginarios. Mal está que te pongan los cuernos, pero casi peor que te los pongas tú.

A lo largo de estos 41 años de vida me han adjudicado algún romance, affaire o revolcón con alguna muchachita sin más fundamento que una conversación a la puerta del colegio. Visto desde la perspectiva del tiempo, uno casi hubiera preferido que se hubiera tratado de revolcones reales porque alguna chica la verdad que lo merecía y la bronca te la ganas como si hubiera pasado. Como se dice vulgarmente: si critican, que sea con razón.
 
Y es que, no nos engañemos, celosos somos todos. Lo complicado está en establecer dónde está el límite entre lo razonable y tolerable y lo que no.
 
Si te muestras celoso, malo y si no, también. Si fantaseas con la Jolie, se te ríen en la cara, pero si lo haces con la vecina del segundo el cuento ya cambia. La clave, a mi entender, está en la imaginación. A estas alturas del cuento quizá lo más sensato sea quitarse los pelos de la lengua y confesarle a tu pareja, amante o follamig@ algunas de tus fantasías ocultas. Todas no, porque siempre hay que reservarse un as en la manga... Hablar abiertamente, por ejemplo, de lo que harías si estuviera en la cama también la vecina del segundo o el camarero de la terraza de la esquina. Quien más, quien menos, ha fantaseado con ello alguna vez para llegar más y mejor al climax. ¿Son eso cuernos?, ¿genera eso celos? o simplemente ¿el fin justifica los medios?
Tampoco te pases no vaya a ser que te pillen con la vecina en la cama y tú digas: "Me dijiste que tu fantasía era verme con otra en la cama, cariño". La gracia está en confesarlas, compartirlas, hacer de ellas un juego que nunca salga de tu mente y no un motivo de celos.
 
Particularmente, me encantaría que mi pareja fuera el centro de miradas y, si son lascivas, mejor. La belleza está para ser vista, para ser compartida, pero obviamente marcando también  el límite y dejando claro que tú pones la pica en Flandes. ¿Quién alguna vez no ha sentido que alguien desnudaba a su pareja con la mirada y, acto seguido, le ha plantado un beso y un sobe en la nalga de los que hacen afición? No creo que eso sean celos.
 
Pero, claro, no todo es bonito en el apasionante mundo de los celos. Como bien dices, Medusa, somos un producto de mercado. El que trabaja tiene un perfil en Linkedin porque nunca está cerrado a nuevas propuestas profesionales y en el mundo sentimental parece que esta sociedad nos invita a lo mismo. Supongo que esta es la espada de Damocles con la que todos tenemos que vivir y nuestro objetivo en la vida no ha de ser otro que hacer ver a tu par que no hay mejor empresa para trabajar que la empresa de tu vida. Eso implica confianza, ascensos, promociones, cursos de formación y compatibilidad de la vida marital con la vida personal.
 
Nadie dijo que fuera fácil, pero no puedes vivir con miedo constante y pensando que no eres la mejor opción. Porque yo lo valgo y los demás lo valen menos.

Leedme o me pondré celoso si descubro que andáis por ahí buscando lecturas en otros blogs.

Vikingo

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